domingo

EL CUERPO FLUYE, LAS IDEAS NO


“Si pudiéramos vernos tal como somos en realidad, jamás veríamos dos veces el mismo cuerpo. El 90% de los átomos del cuerpo no estaban allí un año atrás. El esqueleto, aparentemente tan sólido, tampoco estaba hace tres meses. La configuración de las células óseas permanece más o menos constante, pero todo tipo de átomos atraviesan la capa de la célula, entrando por un lado y saliendo por otro, y así es como adquirimos un nuevo esqueleto cada tres meses.
La piel es nueva al cabo de un mes; tenemos un nuevo estómago cada cuatro días, y las células que entran en contacto con los alimentos cambian cada cinco minutos. Las células del hígado se sustituyen muy lentamente, pero siguen fluyendo por ellas nuevos átomos, como el agua de un río, renovando el hígado cada seis semanas. Incluso en el interior del cerebro, cuyas células no son sustituidas al morir, el contenido de carbono, nitrógeno, oxígeno y demás elementos es totalmente distinto hoy de lo que fue hace un año.
Es como si viviéramos en un edificio cuyos ladrillos son sustituidos año tras año. Si mantenemos el mismo diseño, el edificio seguirá pareciendo igual. Sin embargo, no será el mismo. De un día para otro, el cuerpo humano no parece haber cambiado demasiado; pero a través del proceso de la respiración, la digestión y la eliminación, entra en contacto con el mundo, intercambiando elementos”.
(Deepak Chopra, La curación cuántica)

Como vemos, nuestro poder de renovación a nivel físico es asombrosamente vertiginoso. Tanto, que es más fácil cambiar de estómago que de opinión.
Tendríamos que preguntarnos por qué nos cuesta tanto refrescar nuestros esquemas mentales y adaptarnos a nuevas circunstancias. Por qué nuestros pensamientos no evolucionan igual de rápido que los huesos y son mucho menos permeables que ellos. Por qué el contenido químico del cerebro se renueva de año en año, pero nuestras manías nos acompañan a la tumba. Por qué le encontramos placer al hecho de ser obtusamente cabezotas y defender posturas que no llevan a ninguna parte.
Está claro que nuestras células son inteligentes. Ojalá algún día aprenderemos de ellas y nuestras ideas se hagan más permeables


2 comentarios:

  1. Es increíble la renovación de nuestro cuerpo y nuestra mente, aunque no se vea después estos cambios en las actitudes de los hombres.

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  2. Renovar o morir, aunque no se renueven las ideas que provienen de esa catarsis celular.

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