Facebook no está diseñado para hacer la revolución, pero ha movilizado a los ciudadanos de Egipto y Túnez en sus reclamaciones al poder establecido, y su onda expansiva ha sido definitiva en las revueltas.
Primero la gente se acostumbra a usar esta plataforma como un medio para estar en contacto, ponerse al día con conocidos y amigos, quedar… Lo incorpora a sus vidas cotidianas. Luego se convierte en un medio eficaz a la hora de difundir mensajes de forma rápida y amplia. Son los llamados “mensajes virales”, que se van ampliando entre grupos de amigos. Aquí se pone de manifiesto su poder organizativo y de convocatoria. Los usuarios sienten que a través de Facebook adquieren poder en un espacio público, tienen voz y eso les seduce. Es la llama que enciende la mecha para un nuevo mayo del 68.
Pero es también un arma de doble filo para todos. Principalmente, porque no está blindado.
- Los usuarios anónimos son responsables de los datos que publiquen en la red y del uso que les den. En algunos casos, con consecuencias nefastas.
- Los políticos de regímenes democráticos lo han utilizado como plataforma en sus campañas (Cameron, Obama, Sarah Palin). Pero los dictatoriales tenderán a controlar y vigilar su uso, precisamente porque amplifica la voz ciudadana.
En Túnez (1,3 millones de usuarios) sirvió para crear vínculos con la oposición exiliada.
En Egipto, el régimen de Mubarak llegó a bloquear las comunicaciones de internet para evitarlo, en un país con 5 millones de usuarios, 32.000 grupos y 14.000 páginas creadas durante los levantamientos. Por eso no era raro ver en las calles pancartas como “Gracias Facebook”, para culminar con el ejemplo de la familia que bautizó a su hija como Facebook Jamal Ibrahim.
La otra cara de la moneda corre a cargo de las empresas. Actualmente 1.700 millones de personas utilizan internet en el mundo; el 20% están en Facebook y le dedican una media de una hora al día. Es decir: un potencial de marketing garantizado.
En resumen: Facebook se ha convertido en la herramienta favorita del activismo opositor y también en la de grandes multinacionales en busca de consumidores.
“La red social convierte al ciudadano en activista”, dice David Kirkpatrick, periodista del The Daily Beast autor de El efecto Facebook (traducido ya a 13 idiomas). “La comunicación viral que vale para el ámbito político vale también para el ámbito comercial, de marketing”.
Todo tiene su lado negativo, pero en estos casos, si son ciertos esos datos de que ayudó al levantamiento, se expresa el lado positivo. No sé, yo no tengo facebook ni lo contemplo, ¿estaré cometiendo un terrible error?
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