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¿QUÉ FUE DEL NIÑO LAMA?


Cada cual debe encontrar su propio camino de perfección.
Eso dice el budismo, y eso es lo que ha hecho Osel Hita Torres, granadino, reconocido a la edad de un año como la reencarnación de un importante Lama y conducido a Sera, el monasterio escuela del Tíbet en la India, para recibir la formación adecuada.
¿Don divino o castigo infernal? Ese es el quid de la cuestión.
A los ocho años Osel pidió a su madre que lo sacara de allí.
En 1993 Bernardo Bertolucci se inspira en él para filmar El pequeño buda.
En cuanto cumplió la mayoría de edad, Osel colgó los hábitos. Había entendido que su camino de perfección no estaba allí. Y fiel a las enseñanzas budistas, decidió buscarlo.


Abandonó el monasterio sin terminar su Doctorado en Filosofía Budista porque quería estudiar cine. Viajó por Estados Unidos, Canadá y Europa. Ahora vive en Madrid, realiza documentales, participa en manifestaciones contra la guerra y recibe algún que otro porrazo policial; navega por internet, le tiran monedas como artista callejero y disfruta de la vida como cualquier otro joven de veintitantos años. La existencia que le habían programado detuvo su curso para sumergirle en una película distinta, la occidentalización, algo que curiosamente también hizo su predecesor, el Lama Yeshe, del cual se le cree reencarnado.
Ahora es un gurú en periodo sabático. Pero no olvida sus orígenes ni su formación.
Su principal deseo: “ayudar a que la gente sea más feliz”. La intención es buena; la misión, complicada.
Para el budismo tibetano, Osel representa una bisagra entre sus tradiciones y Occidente. Pero el niño lama no considera que ni uno ni otro sean perfectos: para crear la doctrina ideal habría que reunir lo esencial del budismo y el concepto de libertad occidental.
Lo tiene claro. Pero el camino no es sencillo.
Cuando a los 18 años salió de la burbuja en que había vivido siempre, la realidad le supuso un shock brutal. Un anuncio de ropa interior era un escándalo. Si el monasterio le parecía absurdo en su protocolo, tampoco esta vida le parecerá muy coherente.
Afortunadamente, tiene claro lo que somos: “Nuestro cuerpo es como un vehículo, hay una fuerza que lo mantiene junto y vivo y que se marcha cuando el cuerpo se hace viejo y termina; somos polvo de estrellas y lo volvemos a ser en ese momento [la reencarnación]”.

La suya parece una historia de otros tiempos. De niño lama pasó a agnóstico emancipado tratando de ser una “persona normal” para tomar las riendas de su vida, con sus pros y sus contras.
Para reconocerle como la reencarnación del Lama Yeshe le sometieron a varias pruebas, como identificar objetos que el lama había tenido en vida. Pasó el examen. Pero curiosamente sus coincidencias vitales son más que unos simples objetos.
El Lama Yeshe fue uno de los principales introductores del budismo en Occidente, donde residió largo tiempo. Creó una de las fundaciones más influyentes del budismo occidental, la Foundation for Preservation of Mahayana Tradition (FPMT). Era un gran comunicador y tenía un gran sentido del humor. Dicen que le gustaba ir a discotecas para sumergirse en el verdadero modo de vida de Occidente y comprender a la gente.
En cierto modo, Osel no es muy distinto. La férrea disciplina del monasterio queda lejos. Realiza cine, que tal vez es el medio más eficaz para comunicar una idea. Le gusta disfrutar de lo que ofrece esta sociedad, es amable pero burlón. Y sobre todo, imaginativo.
A lo mejor es cierto que el polvo de la estrella Yeshe no se había cansado de este mundo, y decidió tomar el cuerpo de Osel como vehículo para continuar.
Quién sabe. Ocurren cosas mucho más extrañas.
En cualquier caso, tiene que ser complicado para él.
Por eso dicen que a veces es mejor no saber.

3 comentarios:

  1. ¡me encanta esta historia que parece sobrenatural y que, de alguna manera, lo es! Seguramente ese muchacho se ha enriquecido interiormente mucho más que los que no han pasado por eso y, efectivamente, debe ser muy distinto. Yo creo que para mejor, aunque sea complicado. Debe tener más herramientas espirituales que nosotros. Te mando todo mi AMOR, Osel.

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  2. Una historia muy interesante y poco divulgada, ¿será que el budismo en España importa apocas personas?

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  3. interesantisima historia buen blog

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