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CUIDADO CON TU ABOGADO

(Imagen: "Gentes de justicia: "Cierto, ha perdido el caso... Pero seguro que disfrutó con la elocuencia de mi alegato")


Dice una maldición gitana: "Pleitos tengas y los ganes".
Pero uno no sabe hasta que punto es cierto hasta que no se mete en juicios y demandas. 
Lamentablemente, lo más triste del asunto es que en muchas ocasiones uno debe prevenirse más de aquellos que le defienden que de los que le han llevado a litigio. ¿Por qué? Porque es un mundo que no conocemos con un lenguaje oscuro e indescifrable para el público normal y corriente. 
La gente corriente acude a un abogado cuando se quiere divorciar, ha tenido un accidente de circulación o cuando un familiar un testamento.
Para todos estos neófitos que se sumergen por primera vez en la maraña de la legalidad, ahí van unos consejos: 

  1. Elige un abogado desconocido. Es decir: que no sea tu amigo ni te lo haya recomendado alguien de confianza. De lo contrario, las relaciones personales se pueden erosionar por el resultado del proceso, y su comportamiento puede ser menos profesional debido a la amistad. Cuando solo hay dinero por medio y el abogado debe demostrar su eficacia, es mucho más implacable.
  2. Cuando tengas la primera cita, fíjate en su comportamiento hacia ti, su grado de empatía. Su manera de vestir no debe importarte, aunque para ellos sea un apartado esencial.
  3. Cuando le expongas el caso, él debe de estar atento y receptivo a tus indicaciones, no dejes que sea quien lleve la voz cantante; normalmente querrá imponer sus criterios y tratará de establecer una relación de poder sobre el cliente. Una actitud habitual es la de no escuchar: siempre sabe más que tú de tu problema incluso antes de que se lo cuentes.
  4. Pide un presupuesto detallado y cerrado: debe especificarte todas y cada una de las actuaciones incluidas en la minuta. De lo contrario... puedes llevarte una desagradable sorpresa en el último momento.
  5. Pregúntale sobre resultados obtenidos en casos similares al tuyo y sondea si está familiarizado con la defensa de ese tipo de litigios. De ahí extraerás tus propias conclusiones sobre su solvencia.
  6. Exige que te informe de cada paso que va a dar y el por qué de la estrategia antes de darlo. Que te consulte antes de proponer en tu nombre algo a la parte contraria.
  7. No te dejes intimidar. Él defiende tus intereses y es quien debe luchar en tu nombre por ellos, con todas sus fuerzas.
  8. Que Dios te pille confesado.

Por último, no esperes que el juicio se incline a favor de la verdad necesariamente. Porque el que mejor miente y más creíblemente lo expone es el que se proclama vencedor. 


Y un consejo: si quieres conocer un poco más este mundo pero al resguardo de las páginas de una novela, te recomiendo Por aquí pasó el taxidermista: el protagonista entra en un bufete dispuesto a matar al cuarteto de abogados que llevaron su caso. Motivo: él no siguió ninguno de estos pasos.

2 comentarios:

  1. Los abogados son la especie de humanos más despreciables. Salvo contadas excepciones, la mayoría son personas altivas, interesadas en ellos mismos, no en defender a sus clientes, y si pueden traicionarte, lo harán; no lo dudes.

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  2. tenemos amigos que dicen !lo que quieras pero el 10% es pa mi.

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