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PAREJAS DE HECHO: LO QUE NADIE CUENTA


Empecemos con un ejemplo clarificador:
Existen tres tipos de tatuajes: los permanentes, los que duran unos años y las calcomanías. O sea, más o menos como las parejas. Y para despejar cualquier duda, a la unión como pareja de hecho le toca el grado de “calcomanía”. Pero no porque lo quieran los implicados, sino por culpa del fragmentado traslado de competencias de nuestro gobierno de autonomías.
Para empezar: si eres de La Rioja pero te pones malo en Murcia, puedes ir al médico y te atienden. Pero eso no ocurre con esta unión civil tan peculiar. Porque si eres pareja de hecho en Valencia y te trasladas a Extremadura, resulta que ya no eres nada. Queda invalidado tu registro. O sea, algo así como un divorcio espontáneo con solo rebasar los límites de tu comunidad, sea cual sea esta.
Genial. Si te hartas de tu “cónyuge” solo tienes que poner tierra por medio y asunto concluido. Más eficaz que la excusa de ir a por tabaco y no volver. Ni siquiera hay que darse de baja.
Solución: volverte a inscribir en la nueva comunidad autónoma adonde te traslades. Con la salvedad de que uno de los requisitos para hacerlo es llevar dos años empadronado en el lugar. O sea: que si quieres legalizarte de nuevo, te toca esperar.
Conclusión: parece que este invento tan moderno, alternativo y liberal no es tan fácil de llevar a cabo como nos lo están vendiendo.
A lo mejor es que después de todo no les interesa mucho que la gente se legalice, por el motivo que sea. Porque a esto hay que sumar que, en el fondo, registrarse no vale para nada.
A efectos fiscales, como si estuvieras solo.
A efectos de patrimonio (véase herencia) tres cuartos de lo mismo.
Si redactas testamento en Madrid (por lo visto el lugar más ventajoso para hacerlo) y te inscribes como pareja de hecho en Barcelona, no la palmes y esperes que a tu churri le toque un pavo de lo que dejas, porque lo llevas claro.
¿Cómo es posible?
¿Y encima nos dan la matraca con lo de ser flexibles con la movilidad laboral?
¡Venga, hombre! Lo que quieren es confundirnos.

4 comentarios:

  1. Tú como siempre tan certero en tus comentarios. Deberías protagonizar una novela donde desveles los chanchullos de nuestra sociedad y sobre todo desenmascarar a los farsante: véase los políticos.

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  2. ¡Vaya cagada que hacen los legisladores españoles!

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  3. ¡Qué queríais, compararos con los matrimonios eclesiásticos o civiles!

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  4. No, por lo que más quieras, con los eclesiásticos no!!!!

    Khash.

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