lunes

ECOLOGÍA versus MELINDRES


La energía no se crea ni se destruye, únicamente se transforma. Y si no la utilizas, se malgasta.
Para evitarlo, el ayuntamiento de Redditch, Reino Unido, ha ideado aprovechar el calor que desprende un crematorio para calentar la piscina pública de invierno. Y de paso, ahorrarse 20.000 euros al año y combatir el despilfarro energético.
Un gesto de lo más ecológico.
Pero con la idea ha surgido la polémica.
Hay quien pone reparos a que las llamas que consumen los restos de sus difuntos sirvan para climatizar el agua de los bañistas, invirtiendo los términos y llegando al punto de plantear el escrúpulo de nadar en una piscina que se calienta con la muerte de un ser querido.
¡Pero no, hombre, que no se trata de echar a nadie a la hoguera porque no queda leña!
En contra de lo que apuntan sus detractores, no se trata de un ataque a la ética y la espiritualidad.
De hecho, tal vez sea mucho menos ético consumir los recursos del planeta al ritmo que lo estamos haciendo, sin atender a otras vías de suministro energético y contaminando sin parar.
Y en este caso concreto, la inversión consistiría tan solo en instalar unas tuberías para canalizar el calor desprendido por el horno hasta los calentadores de agua de la instalación deportiva. Los muertos no se van a quejar. Los bañistas no se van a llenar de cenizas. La piscina no va a oler “raro”.
¿Entonces? ¿Dónde está el problema?
¿No hablan de utilizar el transporte público o compartir el vehículo privado para ahorrar en gasolina y CO2? ¿No es cívico reciclar?
La mojigatería de este tipo no sirve para limpiar el aire, ni purificar las aguas, ni evitar la tala innecesaria de árboles ni preservar los combustibles fósiles.
Ojalá existiera la máquina del tiempo para meter en ella a todos esos escrupulosos y mandarlos al siglo XXII. A ver cómo le explican a sus bis-bisnietos por qué se opusieron a un simple gesto para contribuir a que la vida sobre el planeta fuera un poco más cómoda para esas generaciones venideras.
Eso si para entonces queda planeta, claro.

5 comentarios:

  1. ¡Como siempre genial! Ya me imagino a los detractores de esta fantástica idea nadando entre cadáveres y zombies nadando a croll o mariposa. MENUDA SOPA

    ResponderEliminar
  2. Pues con lo complicada que se está volviendo la vida, no estamos para remilgos de ninguna clase.
    A lo mejor, al final no tienen que calentar nada, porque los bañistas pierden poder adquisitivo y prefieren echarse al río. Y las funerarias quiebran porque la gente empieza a quemar sus muertos en la chimenea de casa.
    Deberían pensar en rentabilizar, colaborar y tolerar. Hoy por tí...
    Gare.

    ResponderEliminar
  3. Se puede ser tan BOLUDO, porque melindroso le queda corto. ¿Por qué desperdiciar esa energía calórica que generosamente nos brinda el reciclaje de tejidos muertos? ¿Qué tiene de malo usarla para que tejidos vivos se beneficien? ¿De qué enredo mental, religioso, ideológico, prejuicioso surge semejante estupidez? ¿como siempre, rizando el rizo de lo irracional?
    Hagan la piscina, hombre, y ya verán como al final todo el mundo lo toma como lo que es: ALGO NATURAL(que viene de la naturaleza, claro)

    ResponderEliminar
  4. Los ecologistas son realmente insensatos. Nunca metería los pies en semejante lugar. Solo de pensarlo me ahogaría y pasaría a ser material combustible para que los demás bañistas siguiesen ejercitando su deporte favorito.

    ResponderEliminar
  5. Llámame melindroso, pero esos bañitos se los dejo a los protagonistas de la novela de Guillermo del Toro

    ResponderEliminar